¿Cuál es la receta del éxito en el mundo del pop? Habrá que preguntarle a la francesa Mylène
Farmer, que, si bien apenas es conocida fuera del mundo francófono y
rusoparlante, ha conseguido, a sus 51 años (más de 25 de carrera artística)
romper todos los records en Francia musicalmente hablando: el del artista que ha tenido más canciones en
el número uno de las listas, 9 en total y 5 de ellos del mismo álbum (Points
de suture), el del videoclip más caro
(L´ame stram-gram costó 900.000 euros), o, entre muchos otros, el de haber
creado la canción más exportada fuera de Francia en los últimos años
(Desenchantée).
Los ingredientes que han llevado a Mylène Farmer a ser la
número uno son varios: primero, saber labrarse una imagen personal excéntrica y
rodeada de misterio, concediendo al año un escasísimo número de entrevistas y
con contadas apariciones públicas. Segundo, ser la autora de las letras de todas
sus canciones a caballo entre la poesía y el surrealismo, y muchas veces polémicas
por sus contenidos sociales, eróticos y anticatólicos.
Tercero, formar un tándem perfecto con el compositor Laurent
Boutonnat, creador del inconfundible estilo Farmerien en cada una de las
melodías hasta hace un par de años. Cuarto, rodar videoclips que, según los
críticos, son auténticas obras de Arte. Rompepistas y revientaestadios, Mylène
Farmer (que además fue la mentora de la archiconocida Alizée en sus inicios con Moi… Lolita) ha sabido encontrar el equilibrio entre un sonido propio y las
nuevas tendencias del pop, como demuestra en su noveno y, hasta el momento, último
disco de estudio, Bleu Noir, en el que ha contado con la ayuda de Moby y
RedOne.
Habrá que esperar para ver con qué nos sorprende en el futuro esta cantante nacida en Quebec en 1961. Porque si hay algo que la apodada como Ange rouge (Ángel rojo) ha conseguido a lo largo de los años es eso mismo, sorprender a su multitudinario público con cada nueva canción.
Colaboración especial: entrada escrita por Alberto B.
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